Alone in Canada

Solo(a) en Canadá. 21 maneras para ayudarlo(a) a sentirse mejor.

Conocí este material gracias al post de Alain en su blog My Bonjour Québec.
Esta guía de autoayuda ha sido confeccionada con el auspicio de varias entidades gubernamentales de Canadá, tales como el Centro para las adicciones y la Salud Mental y Ciudadanía en Inmigración Canadá.
Este material fue publicado en el año 2001.

Si ustedes tienen interés en el texto pueden leerlo bajando el archivo de Acrobat Readers con el vínculo indicado más arriba.
Aquí iré agregando solamente aquellas cosas que –a mi entender- falta ampliar de ese texto.
En esta primera entrega, podemos empezar a señalar que:

Instalarse a vivir en un país y una cultura diferente a aquélla de donde uno viene nos plantea muchos desafíos que también están presentes en algunas otras situaciones de la vida. Podremos obtener una energía adicional al comprender que algunos de los recursos necesarios a poner en práctica, ya los hemos experimentado antes, en un distinto contexto. Para algunas personas, cambiar de trabajo, mudarse, terminar una pareja, alejarse de algunos familiares o amigos es ya suficientemente estresante como para que ni siquiera puedan imaginar la presión de aprender un idioma o decodificar y adaptarse a costumbres absolutamente distintas.

Me parece interesante señalar que siempre que llegamos a estar en alguna situación es por dos motivos:
El primero: ALGO nos llevó a estar en esa situación, algo nuestro, propio, alguna situación anterior, alguna decisión. Y una finalidad: estamos allí también POR algo. Si no hubiéramos soportado la idea o no tuviéramos las posibilidades de encararlo y los recursos necesarios para tener éxito en esa tarea, no estaríamos allí. Así que hay algo en esa situación que nos ha convocado. Merece la oportunidad de que se desarrolle hasta que podamos entender el motivo o alcanzar los objetivos que nos habíamos propuesto. Esto sirve al mismo tiempo para cualquier otro desafío que nos plantean la vida: estamos allí POR ALGO Y PARA ALGO. Sostengámoslo hasta saber qué hay que aprender de esa situación en la que estamos.

Una cosa es quedarse en un mismo lugar y tener que adaptarse a una exigencia que viene desde afuera y nos toma como victima pasiva de una situación. Y otra muy distinta es la sensación de estar sosteniendo los aspectos difíciles de la elección propia.
En el primer caso, el desafío puede ser descubrir si aún con poco margen de elección, hay cosas que están en nuestra mano cambiar. En la elección propia habrá que aprender a sortear los obstáculos que aparecerán cuando intentemos pasar a escalones de evolución superior. (si no apareciera al menos un obstáculo ¿será que no representa un avance respecto de una situación anterior?).

El choque cultural o el stress producen un estado de ánimo que no siempre es fácil de reconocer. Las sensaciones se amplifican, algunos problemas se dramatizan, ciertos obstáculos adquieren dimensiones desproporcionadas. La emoción negativa dificulta reunir la energía necesaria para la nueva tarea. El resultado no es el esperado según las expectativas. Esas experiencias que no cumplen con las expectativas generan una nueva emoción negativa que se agrega a la anterior y… todo recomienza.
Un punto a tener en cuenta: no creerse a sí mismo. Poder poner entre paréntesis algunas emociones. No aturdirse ni negarlas. Sólo aceptarlas y dejarlas a un costado, considerando que son reacciones naturales pero amplificadas.

En un próximo post ampliaremos algunas formas en las que se presenta el stress, especialmente el relacionado con la adquisición de un nuevo idioma.