Esta maravillosa exposición de arte digital estuvo en el Museo de Bellas Artes de Montreal hasta el 9 de diciembre pasado.
Estuve allí de visita con un grupo y recorrí la expo con el paso apurado de quien va con un objetivo, limitado a los horarios de todos, y con un micro que nos espera para regresar al punto de partida a la hora justa (antes de la infaltable cena quebequense, muy temprana para mi costumbre argentina).
Hubiera querido volver a verla, porque realmente fue una maravilla para recorrer con tiempo.
Mis elegidos?
Terreau hylozoïque (2007) de Philip Beesley, un arquitecto y artista digital que vive y trabaja en Toronto (provincia de Ontario, Canadá). Su obra está instalada en una habitación completa ocupada por una inmensa estructura de fibra óptica y detectores de movimiento, que saluda nuestro paso a la manera de una inmensa medusa.
Rafael Lozano-Hemmer, un mexicano nacido en 1967 que vive y trabaja en Montreal (Québec). En otro espacio totalmente a oscuras nos desplazábamos mientras algunos reflectores proyectaban palabras sobre nuestros cuerpos. La sensación era extraña, mientras nos movíamos íbamos siendo “tocados” por palabras como “crazy”. Imagínense la emoción de ser “rotulados”, etiquetados, perseguidos, tocados, acariciados por ciertas palabras que portan ellas mismas mismas sus significados… Impactante. Yo lo hubiera usado de disparador para un taller vivencial posterior para aprovechar tan increíble estímulo.
Dejo para el final a Lynn Hershman Leeson, nacida en 1941, quien vive y trabaja en San Francisco, California con su La vie au carré (2007), una producción digital a la manera de un video game donde se cuenta la historia de un personaje ficticio, Roberta Breitmore. Lo llamativo es que esta obra es continuación de su otra producción “The Dante Hotel” que Lynn presentara entre 1973 y 1974 en una habitación del hotel Dante, alquilada para tal fin, que permanecía abierta las 24 horas. Se trataba de una instalación donde la artista había montado los rastros de vida de este personaje ficticio, Roberta Breitmore. Alguien entró de madrugada a la habitación-instalación y su mente afiebrada se metió dentro de la escena sospechando un supuesto asesinato y llamando a la policía, quien levantó la exposición y confiscó todas sus partes, que nunca fueron devueltas a la autora. Este personaje ocupó la producción de la artista en diferentes performances entre los años 1971 a 1978.
Aquí para disfrutar a distancia de todas las obras
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