Emilio Rodrigue, por Eduardo Pavlovsy para Página12
-Hace mucho tiempo que está radicado en Brasil. ¿Qué lo llevó a tomar esa decisión?
-Yo fui lo que pasé a llamar un psicoargonauta, analista en la Diáspora. Dejé Bs.As. en 1974, después de la muerte de Perón, por motivos de miedo, ya que ser presidente de Plataforma involucraba riesgo. Fue, casi diría, por necesidad. Luego me quedé en Bahía porque sé reconocer el paraíso cuando lo encuentro.
El solitario del spaghetti – dedicado en especial a mi hijo Martín, por su trabajo con ¿discapacitados?.
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